Los tubos LED constituyen uno de los mejores sistemas de iluminación en la actualidad. La diferencia fundamental con los tubos fluorescentes tradicionales radica en su composición: comprar un tubo LED significa comprar componentes electrónicos que no están hechos de ningún tipo de material químico. Independientemente del lugar donde se vayan a instalar, al reemplazar los tubos fluorescentes por los LED, es necesario retirar los arrancadores y balastros y conectarlos a 220 VAC.

Hay muchos tipos de tubos LED, pero el más utilizado para la iluminación de cocinas e incluso para uso industrial es el tubo 2G11, que cuenta con cuatro pines de conexión en lugar de los dos más comunes. Son especialmente útiles para la cocina, ya que estos tubos son los sustitutos ideales de los fluorescente con base 2G11, generando un 10% más de luminosidad y hasta un 60% de ahorro económico en las más de 30.000 horas en las que son capaces de funcionar. No solo destacan por su vida útil, también presentan características técnicas que les hacen muy atractivos a ojos del consumidor:

• Aunque no es fácil calcularlo, gracias a las 30.000 horas de funcionamiento se podría iluminar una cocina durante 10 años sin interrupciones.
• Los tubos LED, por norma general, y sean del tipo que sean, se encienden de forma inmediata, sin incómodos parpadeos ni esperas.
• La arrancada instantánea afecta directamente a su vida útil. Como no hay parpadeos, aumenta el tiempo que disfrutarás de estas bombillas.
• Al ser el mismo tipo de casquillo no hace falta ninguna modificación adicional del portalámparas cuando se ejecuta un cambio de tubo fluorescente por un tubo LED.

¿Qué ventajas nos ofrece el uso del tubo LED?

El uso del tubo LED nos ofrecen las siguientes ventajas:

• Las horas de vida en buenas condiciones de funcionamiento pueden ser de 30.000 horas.
• Los tubos LED son más robustos y resistentes que sus homólogos de ahí que puedan ser mejor manipulados.
• Reducción del consumo del 50%. Por ejemplo, en los tubos de 1200 mm, pasamos de un consumo de 36W a 18W.
• Arranque automático al prescindir de elementos extra.
• Este tipo de tubos son respetuosos con el Medio Ambiente al carecer de elementos tóxicos.

Una de las mayores desventajas de los tubos LED es el ángulo de apertura ya que estos sólo tienen un ángulo de 120º de apertura, mientras que los tubos fluorescentes tienen un ángulo de apertura de entre 300 – 360º.  Esto se suple debido a que los tubos LED cuentan con unos casquillos giratorios que hace que se puedan orientar hacia el lugar donde queremos proyectar la luz.

Dejando a un lado el evidente aspecto de la modernidad, este tipo de tubos son muchos más seguros y cómodos para el ámbito doméstico por dos razones: no existe riesgo de rotura, aunque en el caso de que ocurriera la seguridad no se vería comprometida porque no hay materiales contaminantes en el interior. Además, el tubo LED es fácilmente desmontable y reparable, algo impensable en el caso de las luminarias fluorescentes.

A diferencia del tubo fluorescente, el tubo LED funciona directamente a 230V y tiene la capacidad de generar diferentes tonos de luz, desde el más cálido hasta el más frío. A la hora de la elección, hay que tener en cuenta que el blanco natural es el más parecido a la luz del día.

En una comparativa tubo LED vs tubo fluorescente no se puede obviar la cuestión del encendido. El ‘retardo’ que tienen los tubos fluorescentes para encenderse afecta de forma directa a su vida útil. De hecho, los fabricantes siempre han tenido en cuenta dos encendidos al día para estimar de forma certera la cantidad de hora que pueden funcionar.

Según los expertos, un tubo fluorescente puede llegar a las 6.000 horas de vida, una cifra abultadamente inferior a las 50.000 que puede durar un tubo LED.

Otra ventaja de los tubos LED es que en algunos modelos como los tubos LED con difusor de aluminio con Angulo de 120º puedes dirigir el haz de luz hacia la dirección que se desea iluminar; o bien, modelos como tubos LED con sensor de movimiento incorporado que se encenderán solo cuando haya alguien en las proximidades. Aunque ya se ha mencionado, tampoco se puede olvidar el aspecto ecológico: el tubo LED no necesita ninguna clase de gas ni elemento químico para encenderse. En el interior solo hay LEDs y componentes electrónicos. De esta forma, se evita la emisión de decenas de toneladas de contaminantes y se facilita al máximo el reciclado de los materiales.

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