Vivimos en una época en la que la tecnología avanza constantemente y se adapta a todo lo que se pueda imaginar. ¿Imaginaste que luego de los teléfonos inteligentes, también tendríamos casas inteligentes? ¡Pues es un hecho!
Aunque pueda sonar como un concepto futurista, las casas inteligentes llevan entre nosotros varias décadas en las que se han ido perfeccionando los sistemas que las sostienen. Pasamos de apenas controlar el televisor a distancia, a personalizar nuestras casas a gusto propio, tanto como para programarla a que, de manera automática, haga cosas, como para que aprenda de nuestros patrones y tome decisiones que nos den confort.
El control de tu casa sin cables y con las manos libres, ha llegado para quedarse a través de los asistentes virtuales, que son como pequeños parlantes de alta calidad que se manejan de manera muy fácil a través de comandos de voz.
Los más famosos son los asistentes de Google y de Amazon, que, además, se conectan son sus canales de música y series, así que además son una gran opción para el entretenimiento en casa.
¿Qué son las casas inteligentes?
El diseño de este tipo de casas está configurado para facilitarte la vida de una manera increíble. Y es que el principio básico es que muchas de las cosas que antes tenías que hacer manualmente, ahora serán hechas por la inteligencia artificial de la casa.
En resumen, una casa inteligente es aquella que tiene un diseño arquitectónico propio integrado a una tecnología avanzada que busca mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Una de las grandes ventajas que ofrece es la capacidad de distribuir información y comandos para que la casa funcione prácticamente sola, de tal manera que acciones simples y cotidianas como cerrar las cortinas, apagar las luces o controlar la calefacción puedan hacerse a distancia. Además, están diseñadas para garantizar seguridad, comodidad y ahorro energético.
Hay dos tipos de tecnologías aplicadas a las casas inteligentes actuales: la telemetría y la domótica: la primera permite vigilar y controlar tu casa desde tu ordenador y la segunda permite hacer lo mismo desde dispositivos móviles. Mediante la telemetría y la domótica puedes cerrar y abrir puertas, activar y desactivar alarmas, controlar todo lo que se enciende y se apaga dentro de la casa y hasta controlar los ruidos que se escuchan dentro de ella.
La iluminación inteligente en las Smart Home
Hace ya algunos años se empezó a hablar de la domótica y hoy en día se habla de “Smart”. Ya tenemos a nuestro alcance los Smartphones, las Smart TV, las Smart Cities y ahora las Smart Home.
Un ejemplo de una Smart City es cuando las farolas de la calle se encienden solamente cuando detectan la presencia de una persona. Los que supone una iluminación eficiente y óptima y un enorme ahorro energético.
En pocas palabras, se puede decir que la iluminación inteligente proporciona luz solamente en el momento y en el lugar que sea necesario.
La iluminación inteligente controla también la intensidad de la luz. Esta tecnología puede suponer un ahorro del 90% en la factura de la luz. Dado que garantiza y optimiza una iluminación adecuada.
Un ejemplo de esta tecnología son los sensores de movimiento. Éstos detectan la presencia y se iluminan durante un tiempo determinado.
Otro ejemplo de iluminación inteligente son los sensores de luz natural. Éstos aumentan o disminuyen la intensidad de la luz dependiendo de la cantidad de luz natural que detecten en la estancia.
¿Qué otras ventajas ofrecen las casas inteligentes?
Seguridad: todos los dispositivos automáticos están diseñados para que tengas el control de tu casa y de todo lo que ocurre en ella, incluso si estás lejos. Esto asegura la protección de los miembros de tu familia y de tus bienes, y permite una rápida capacidad de respuesta en caso de emergencia. Una casa inteligente con un buen seguro de hogar es la fórmula perfecta para resguardar tu hogar de todo peligro.
Ahorro energético: poder controlar la temperatura de la casa, la red de iluminación y el consumo eléctrico de los electrodomésticos mediante un mando que te permita encenderlos y apagarlos desde donde quieras, otorga un mayor control sobre el consumo eléctrico mensual.
Comodidad: sin duda, la gran ventaja de las casas inteligentes es la comodidad que conlleva poder controlarlo todo a distancia. Por ejemplo, puedes encender el aire acondicionado antes de llegar a casa para que te reciba con un ambiente fresco que te permita recuperarte del calor del verano. Pero, más allá de eso, las capacidades de una casa inteligente son muy amplias: la inclusión de sensores de presencia, de temperatura o de cualquier otro tipo multiplican las posibilidades de personalización.
Ya se acabaron los tiempos en los que existía la preocupación de haber dejado una llave de agua abierta o la cocina encendida. Desde el trabajo y a través del celular o cualquier otro dispositivo inteligente, es posible inclusive llegar a configurar los ciclos de la lavadora.