El auge de este tipo de luminarias no es fruto de la casualidad, ya que aportan una buena cantidad de mejoras e innovaciones respecto a la iluminación doméstica tradicional.

Su versatilidad es uno de sus puntos fuertes. El estar compuestas a base de pequeños puntos de luz permite jugar con la cantidad y la colocación de los mismos, adaptándose a cualquier forma que podamos imaginar.

Su consumo es significativamente inferior al de las bombillas tradicionales, lo cual influye directamente en el ahorro energético de nuestra vivienda y reduce el importe de nuestra factura de forma considerable.

Poseen una vida media muy alta en comparación con otros sistemas. Son mecanismos enfocados a una duración prolongada en el tiempo que, además, permiten sustituir uno de los diodos en caso de avería, sin que ello tenga por qué afectar a los demás.

Gozan de una intensidad lumínica inmediata (encienden directamente al 100 %) y duradera, la cual mantienen hasta en un 70 % hasta el final de su vida útil.

Existen varios tipos de luminarias para aplicación doméstica basadas en LED; fundamentalmente bombillas, tubos y tiras. Cada una de ellas tiene diferentes formas de instalación y requiere distintos componentes.