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iluminación LED sector logística

Se consiguen ahorros superiores al 90% en consumo en el sistema de iluminación y emisiones de CO2. Ventajas de la iluminación LED en este sector.

Los clientes de los servicios logísticos cada vez presionan más a las compañías con las que trabajan en toda su cadena para reducir la huella de carbono. En una actividad donde es tan complicado reducir emisiones como la logística, las empresas más innovadoras y que más se preocupan por la sostenibilidad (y por su reputación) han encontrado en las instalaciones de iluminación LED inteligente una fuente de ahorro de emisiones muy considerable.

Uno de los costes más altos en la gestión de una instalación logística es el consumo energético para su iluminación y ese consumo energético tiene un impacto sobre la huella de CO2 de la instalación.

¿Cómo es posible esta reducción a partir del uso de la iluminación LED?

Los sistemas de iluminación inteligentes, basados en iluminación LED de última generación, disponen de sensores integrados, y un software de gestión que permite ahorros que llegan a superar el 90% en el consumo eléctrico, con su correspondiente reflejo en la reducción de la huella de CO2 y en la factura de la compañía eléctrica. Por supuesto a la ventaja de la reducción de consumos es necesario añadir la de una mejora sustancial de las condiciones lumínicas en los espacios de trabajo.

Grandes compañías integradas en el sector de la logística como GM Foods, Agro Merchant, Disalfarm, Frio Puerto, etc. y otras que disponen de sus propios almacenes logísticos como Schneider Electric, Corbión o Monbake ya han decidido renovar sus sistemas de iluminación mejorando su eficiencia.

Según Jorge Ortí, responsable de Soluciones de Eficiencia Energética en la ingeniería Genia Global Energy, que ha realizado todas estas instalaciones, “la decisión de adoptar este sistema de iluminación viene motivada por la búsqueda del ahorro energético y del uso responsable de los recursos energéticos, que pasa por implementar modelos donde se consuma únicamente la energía necesaria para desempeñar los procesos empresariales”.

La puesta en marcha de un proyecto de iluminación LED inteligente permite maximizar la eficiencia en el uso de esos recursos energéticos, pero la decisión de emprenderlo se refuerza cuando las empresas conocen que, además, suponen considerables reducciones de costes de mantenimiento y consiguen un control y un conocimiento permanente de los ahorros energéticos que este sistema está aportando al modelo energético de la empresa.

Sistemas de iluminación inteligente

El sistema al que se refiere Ortí está basado en luminarias LED de última generación de Digital Lumens (una compañía de Osram) que permiten iluminar las naves y las zonas de carga desde gran altura.

Estas luminarias están dotadas de sensores integrados capaces de detectar la presencia o no de trabajadores, aprovechar las condiciones lumínicas naturales del entorno para que la luminaria ajuste su potencia y consumo en tiempo real al mínimo necesario para garantizar los requerimientos lumínicos necesarios del área de trabajo.

Las luminarias se comunican entre sí como una red neuronal mallada mediante una red inalámbrica de IoT y transmiten en tiempo real toda la información de sus sensores a un software central (en este caso Siteworx) que se comporta de forma autónoma y al que se puede acceder en movilidad.

La información recogida por los sensores integrados en las luminarias permite al sistema adaptar la iluminación al tipo de actividad que se realiza en la nave en cada momento. Por ejemplo, las luces pueden apagarse o reducir su intensidad automáticamente cuando no se están efectuando trabajos en el entorno o la intensidad lumínica es suficiente, e ir encendiéndose gradualmente en décimas de segundo de forma sincronizada y con la suficiente antelación al paso de trabajadores a pie o en vehículos para garantizar el confort visual y que estos no perciban los cambios de intensidad lumínica en el desempeño de su actividad.

De esta forma, sin afectar al confort visual, nunca se utiliza más que la energía necesaria en el momento y los consumos se reducen al mínimo necesario.

El sistema de iluminación se puede gestionar en remoto desde un dispositivo móvil, que les facilita información de inteligencia empresarial con la que pueden mejorar la gestión de las naves.

Reducir emisiones suele tener un coste. En el caso de estas instalaciones de iluminación LED inteligente, conseguir ahorros adicionales en la factura eléctrica gracias a los sensores incorporados en las luminarias, permite que la inversión necesaria encaje dentro de los parámetros de retorno de inversión que manejan las empresas.

Jorge Ortí concluye: “En esta situación extraordinaria que estamos viviendo por la pandemia, las empresas no están renunciando a acometer proyectos de eficiencia energética que mejoren su competitividad, entre otras cosas gracias a que están impulsando la puesta en marcha de este tipo de proyectos a través de fórmulas de financiación (Lighting as a Service) que les permiten pagar la nueva iluminación a través de cuotas mensuales y con los ahorros obtenidos respecto a la factura de la luz de la instalación anterior”.

La iluminación LED en avance

Desde hace muchos años se ha venido usando la iluminación LED en diversos dispositivos, sobre todo en botones para indicar estados como, por ejemplo, en los botones de grabación de un DVD o para según el color indicar si el aparato está encendido (verde) o apagado (rojo).

El primer LED se desarrolló en 1927 por Oleg Vladimírovich Lósev, pero no fue hasta los sesenta cuando comenzó a usarse en la industria. Desde entonces los avances se han sucedido y desde los primeros LED que sólo se podían construir en color rojo, verde o amarillo y con una intensidad de luz baja hemos pasado a nuevos que pueden ofrecer una luz blanca y suficiente para iluminar una habitación.

Ventajas del LED

Ya las comentamos hace no mucho pero nunca viene mal volver a mencionarlas. Y es que, frente a las bombillas incandescentes suponen una gran mejora, pero sobre las luces halógenas también.

  • Eficiencia energética con un consumo de hasta un 85% menos de electricidad.
  • Mayor vida útil pudiendo ofrecer unas 45.000 horas de uso.
  • La luz más ecológica. No sólo por el ahorro energético sino por los componentes químicos que la forman. Nada de tugsteno o mercurio y resto de productos tóxicos.
  • Baja emisión de calor y mínimo mantenimiento. La eficiencia energética provoca una mínima emisión de calor provocado por el desperdicio de energía para conseguir la potencia de luz deseada en las bombillas incandescentes.

Fuente: Manutención y Almacenaje

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